El Piloto Pardo Diplomático y sus últimos días.
Fecha:
22 Febrero 2021
Fuente:
SOM (R) Carlos Saldivia Rojas
Autor:
SOM(R) Carlos Saldivia Rojas
En abril de 1930, el Gobierno chileno nombró a Luis Pardo Villalón en el cargo de cónsul adscrito de Chile en Liverpool, considerando que era la persona adecuada para ejercer tal función en ese puerto, donde Pardo era bastante célebre. Constituyó un gran honor en ese tiempo, porque Liverpool era el mayor puerto marítimo de Inglaterra, de Europa, si no del mundo.
En su misión consular, Luis Pardo fue muy bien acogido por los británicos y tuvo la satisfacción de compartir con antiguos amigos y conocidos, entre ellos los náufragos del bergantín “Endurance”, y pudo también acrecentar su amistad con lady Emily, la viuda de sir Ernest Shackleton. Al cónsul Pardo se le solicitó dictar una serie de conferencias, que versaron principalmente sobre la zona austral de Chile.
En el año 1930, Pardo tuvo el gusto de visitar el Exposición Polar de Londres. En enero de 1932, Pardo fue invitado a esa ciudad para asistir a la inauguración de la estatua a sir Ernest Shackleton, que fue diseñada por sir Edwin Lutyens y ejecutada por el escultor Chales Jagger.
Durante su permanencia en aquel puerto, don Luis A. Pardo supo captarse la amistad y la simpatía de todos los que estuvieron a su lado. Entre sus grandes amigos puede contarse el Príncipe de Gales y altas personalidades de Inglaterra.
En 1932, fecha, Ricardo, uno de sus hijos, quien era oficial de la Fuerza Aérea de Chile, falleció trágicamente al aterrizar su avión en el aeródromo de Santiago.
Luis Pardo resultó ser un agente consular de lujo para el país, aunque no pudo gozar de la estadía en Inglaterra y Europa. Estaba angustiado por la salud de su esposa Laura Ruíz Gaspar, que a pesar de las atenciones de los mejores especialistas en Europa, declinaba sensiblemente. Ella era su apoyo moral. Este matrimonio tan unido resolvió, en el año 1934, regresar a Chile para que Laura pudiera morir en paz, cerca de sus seres queridos.
No obstante, ese mismo año, ella fue atendida e intervenida quirúrgicamente en Chile por el doctor Ratinoff y, aunque siempre delicada, llegaría a vivir 18 años de inconsolable viudez, junto a sus hijos.
Luis Pardo, víctima de una bronconeumonía de la que no pudo recuperarse y de la cual fue atendido por el doctor Ratinoff, trece años después de su hazaña, falleció en miércoles 20 de febrero de 1935, a las 23 horas, en el Hospital San Vicente de Paul, a la edad de 52 años.
El viernes 22, a las 10 de la mañana se realizó una misa por el descanso de su alma en la capilla del hospital San Vicente de Paul, y desde allí partió el cortejo hacia el Cementerio General, donde sus restos descansan en un mausoleo familiar, el que lleva la siguiente inscripción:
L. A. PARDO V.
Descansa en paz,
aún para la posteridad quede el recuerdo
grande e imperecedero de tu hazaña.
La sombra gloriosa de tu pequeña Yelcho
y la audacia de tu mano valerosa
son legados de honor que tú dejas
a las generaciones venideras
Piloto Pardo, descansa en paz.
21 de febrero de 1935.
Fuentes consultadas:
1. “Lecciones de un Desastre”, Piloto Pardo y el Salvataje de la Expedición de Shackleton a la Antártica por la Armada de Chile. Autor: Alfonso M. Filippi.
2. Diario La Nación, ediciones del 22 y 23 de febrero de 1935.
3. Los créditos de la imágenes a quienes corresponda.
Atte.
Carlos Saldivia Rojas
Suboficial Mayor Naval (R)